Regional Federal Amateur: el empate en Azul

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Transcribimos el análisis de Silvio Randazzo, periodista del Diario El Tiempo de la vecina ciudad  sobre la igualdad  en un gol entre Alumni  y Huracán de Saladillo.

Puede que al cabo del partido, en el paladar albinegro (albinegro azuleño) hayan resaltado sensaciones agrias, o agridulces en todo caso. Es que en el tan ansiado debut de Alumni en el Torneo Regional Federal Amateur, la cuesta de este primer partido fue hacia abajo para el representativo local, de menor a mayor ante un Huracán de Saladillo que fue mejor en la primera media hora del encuentro. Se replicó lo que pudimos observar en algún amistoso y que, en su momento, los propios jugadores resaltaban como errores a no cometer una vez que el camino iniciado sea el de los puntos. En esto, y fue muy evidente, no sólo debe analizarse el bajo nivel alumnista en el lapso inicial, sino que además se lleva un buen reconocimiento la estrategia (y los resultados que de ella obtuvo) del globo saladillense.

Huracán abordó el juego en el Emilio S. Puente negando todas las señas particulares que supone  jugar de visitante (luego, ya con el segundo tiempo encaminado, optaría por algunas de ellas). Se hizo del cotejo desde el albor, condicionó al anfitrión a tener que preocuparse demasiado pronto por Toledo y a los pocos minutos del pitazo, ya tenía motivos para celebrar. Un lateral sobre el área mayor, sobre la borda izquierda, el balón al punto penal, un rechazo poco productivo dejó el balón a merced de Locatelli; el 5 buscó el arco con un remate algo mordido y en su trayecto, la pelota dio contra el brazo de Palermo, dentro del área. Para el juez  Marcos Altamiranda, esa intervención de quien ayer fuera lateral derecho mereció ser sancionada con penal. Nahuel Garzón convirtió desde el punto y la visita tuvo ventaja prematura.

Huracán se asentaba casi instantáneamente, de manera compacta y con más apetencias que cerrarle caminos a Alumni, asumía el juego plantado en la mitad azuleña. Por afuera, siguiendo los enfáticos pedidos del DT Elvio Vázquez, prosperaba con relativa facilidad y movía (mucho) a un rival inconexo y lento en torno al balón, cualquiera fuese la fase en la que éste estuviera. Cuando la formación dirigida por Vitale debía quitarle espacios al rival en la salida, Pomphile y Flores no conseguían arrimar a la mitad de cancha, mientras que Palermo y Rodríguez sí cruzaban la mitad de cancha. Quedaba muy largo (hacia atrás) y el desgaste que comenzaba a tener el equipo por permanecer tanto tiempo plegado a su área trastocaba la identidad albinegra. Sucedía también que ambos centrales, por su posición continúa de retraimiento, tenían que pelotear demasiado para buscar que la bocha derivase en intérpretes ofensivos. Claro que esos envíos dependían fundamentalmente del azar.

Huracán sostenía una poco habitual (para Alumni en el ámbito liguista) presión, directa no bien Toledo hacía correr el esférico fuera del área. En ese ahogamiento, la visita prontamente recuperaba la pelota; AA no atinaba a acertar el primer pase y su oponente comenzaba a jugar cada vez en el propio campo anfitrión. Una noche muy inspirada de Garzón, un delantero de fuste que además puede vestir algunos ropajes de estratega; en sintonía, recostado sobre la izquierda, fundamental para usufructurar la enorme libertad que le daban, Federico Rodríguez escapaba de todo radar de defensores que parecían sorprenderse cada vez que el rubio engranaba en el circuito de gestación. Y, también, resultaba primordial para el plan saladillense el trabajo de Tortorici en torno a los centrales y Blando, que jugó muy retraído esa media hora inicial y que evidenció no estar incómodo con tanta presión, luciendo extrañamente muy impreciso. El 9 tenía un gran porcentaje de responsabilidad en el estiramiento del equipo azuleño.

En lo que fue la primera acción realmente profunda (y con ventaja para los atacantes) en todo el primer tiempo de Alumni, a los 44’ Parodi (al cabo del encuentro, uno de los puntos altos) llegó a la línea de meta por el costado derecho; sobre la pintura logró sacar un centro rasante, buscapié, que sobre el sector opuesto del área menor logró su cometido: el pie diestro de Jonathan Lopardo, quien corriendo contra su arco y con algo de torpeza, impactó el balón y venció a Biplia sobre su costado derecho. Emocionalmente, un gol perfectamente oportuno.

La versión de la cebra que abordó el complemento alegró a los propios y preocupó enseguida a Huracán. Visualmente, la postura de Alumni se traducía en otra posesión del terreno, congraciada con las habituales aspiraciones del equipo. Era la visita la que comenzaba a buscar palenque ande rascarse más cerca de su arquero. Blando soltaba algunas amarras respecto a sus compañeros de defensa y ahora comenzaba a producir mucho más como ese primer pase, siempre criterioso, que implica sus intervenciones. Y por todo el andarivel izquierdo, Zurdo Rodríguez recuperaba su reconocido trajín rumbo a horizontes ofensivo.

El globo se había pinchado y demasiado pronto (suponemos) para sus planes perdía altura -en el campo y en cuanto a su jerarquía de juego- en un encuentro del que ya no tutelaba el timón. Como había sido en el primer tiempo, cuando Huracán preponderaba, esta nueva escenografía futbolística en el partido nada poseía de casual: Alumni había decidido ser otro.

De todas formas, la supremacía del primer cuarto de hora no pudo ramificarse (tan claramente) por muchos minutos más, si bien es cierto que todo el segundo tiempo tuvo en el local al mejor de los dos. El entrenador visitante realizó dos cambios en pocos minutos, coincidió con un lapso en el que el elenco de Plaza Oubiñas, si bien controlaba, no se manifestaba rotundamente en ofensiva, y así el partido comenzó a acomodarse como si de un cómodo sillón se tratara. En ese trámite emparejado, el atractivo del cotejo decayó.

A Huracán, el 1 a 1 comenzó a sentarle muy a gusto, más todavía leyendo el devenir de parte del complemento. Y Alumni, asumiendo el protagonismo con actitud y con mejor resto físico, pudo en el tramo de cierre aspirar a redondear la reversa de lo que había sido una derrota muy tempranera. No le fue suficiente.

LA FIGURA

Nahuel Garzón

Por mucho en el primer tiempo y a cuentagotas luego, el atacante de Huracán mejoró el partido cada vez que intervino. El repertorio de Garzón se lució en todas las latitudes: en el mano a mano fue ganador, muy hábil, y cuando debió jugar de espaldas, esperando por compañía alejado del área, la pelota en sus pies estuvo a resguardo.

Alumni 1

Huracán 1

Alumni

  1. Toledo
  2. Pomphile
  3. Rodríguez
  4. Palermo
  5. Blando
  6. Flores
  7. Zirilli
  8. Siris
  9. Gabriel
  10. Ridao
  11. Bustamante

DT: F. Vitale

Huracán

  1. Biplia
  2. Lopardo
  3. Bertholet
  4. Sarracino
  5. Locatelli
  6. Del Río
  7. Garzón
  8. Lochbaum
  9. Tortorici
  10. Rodríguez
  11. Ferrera

DT: E. Vázquez

Cancha: Emilio S. Puente

Árbitro: Marcos Altamiranda.

Asistentes: Diego Novelli y Franco Gómez Torres.

Suplentes de Alumni: J. Matos, N. Arrigoni, J. Gómez, E. Mazzante, M. Elgart, M. Duarte, F. Rodríguez Bruno.

Suplentes de Huracán: L. Espíndola, N. Abraham, L. Arbizu, S. Bustingorri, A. Osterrieth, L. Dezeo, M. Marín.

Goles: PT 4’ Nahuel Garzón, de penal (H), 44’ Jonathan Lopardo, en contra (A).

Cambios en Alumni ST: 21’ M. Duarte por M. Ridao, 33’ M. Elgart por J. Siris, 38’ F. Rodríguez Bruno por J. Zirilli.

Cambios en Huracán: PT: 45’ S. Bustingorri por M. Lochbaum. ST: 14’ A. Osterrieth por N. Ferrera, 17’ M. Marín por L. Tortorici.

Fuente: Diario El Tiempo

 

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