Columna de opinión: Los perjuicios de una atípica temporada de Liga Argentina

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Los mismos  abarcan a la dirigencia, a los propios protagonistas y a los aficionados en general.

La Liga Argentina de Básquetbol sigue enfrentando situaciones adversas con motivo de los múltiples contagios que vienen padeciendo los planteles que la animan.

Uno de los perjudicados ha sido por cierto  Estudiantes de nuestra ciudad.

Los bataraces no solo no pudieron organizar la  promocionada “burbuja” en el Maxi-Gimnasio sino que tampoco fueron de la partida en la “ventana” de Lanús.

Como si esto fuera poco y con los partidos programados para la sede Concordia, la competencia quedó trunca por las bajas de Quilmes y Ciclista.

El elenco olavarriense disputó su último partido a mediados de marzo, ocasión que se despidió  con un triunfo ante Del Progreso en Mar del Plata.

Casi un mes y medio sin jugar, 17 días sin entrenar y un esperado retorno que no se pudo concretar.

Competencia totalmente atípica e irregular si las hay la de la presente temporada.

Mas allá de los estrictamente deportivo, con los perjuicios que ocasiona a los basquetbolistas tamaña inactividad,   y sumado a  la desaceleración de los entrenamientos, la faz anímica no le va en zaga, ya que para los protagonistas,  la continuidad, sentirse activos, recibir el cariño de la gente,  es parte de su cotidianidad y tantas alteraciones no debe ser gratuito mentalmente  para quiénes son los principales protagonistas del  espectáculo.

Otro tema a tener en cuenta es el dirigencial. Bien es sabido lo difícil que resulta la esponsorización en cualquier rubro.

Los responsables de originar los recursos en su mayoría utilizan sus contactos personales, gestionan ante sus relaciones, lo que devenga luego  en ingresos para palear los gastos que ocasiona una competencia de este tipo.

Están los sueldos de los integrantes del plantel, la apertura del estadio con los honorarios de los jueces, personal de mesa, comisionado técnico,  los viajes que no son poca cosa, egresos que se compensan con lo recaudado por el ingreso de los espectadores y la publicidad contratada.

Sin la presencia de público, no jugando nunca en su estadio hasta ahora, con una difusión por streaming que por el momento no es igual a la televisación histórica, se complica por cierto a la hora de seducir a quiénes apoyan publicitariamente  ya que la viralización de los productos que se intentan difundir es prácticamente nula.

Menuda tarea para los responsables del área marketing, que no son otros que los propios dirigentes, encomiable  por cierto y mas aun en estos tiempos, con el agravante de la incertidumbre generada por la delicada situación sanitaria de estas horas.

 

Texto: De la Redacción de «Emblema Deportivo»

 

 

 

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