En un epílogo escalofriante superó a Racing por 82 a 79. Análisis y Síntesis de lo acontecido.
La lente de Gabo Foti nos muestra el marco espléndido. Casi 400 personas ( bien por el Intendente Galli que lo vivió como un espectador mas) poblaron el «Manolio».
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No sería justo cuestionar la validez del triunfo de Pueblo Nuevo, por una falta o no sobre el final al juvenil Negrette de Racing que penetró por la derecha, perpendicular casi a la franja final de la cancha.
No estamos avalando la decisión de los árbitros de no haber pitado. Dio toda la sensación que hubo un contacto físico mas allá de la “tapa”. Pero desde el sector de prensa no tenemos la visión de lo que ocurrió debajo del aro que da a las canchas de bochas, además rodeado el ágil chaira de un enjambre de jugadores. Fue muy rápida la maniobra.
Fallos cuestionables como la supuesta falta no cobrada en el final, hubo reiteradas. Claro siempre teniendo en cuenta el cristal desde donde se lo mire.
La verdad que llama la atención escuchar a dirigentes ligados a la actividad en su club, renegar por los jueces y sus fallos perjudicatorios, como si no estuvieran hablando de algo que es de su exclusiva responsabilidad.
Los árbitros son de la ABO. Que se sepa los mismos pertenecen a ese seno, y si bien se supone que las designaciones las realiza un Colegio específico, el mismo está avalado por la Asociación, y por ende, por los clubes, que son los dueños y responsables de todo lo que sucede en ese ámbito, ya que sus ocasionales autoridades son elegidas por los dirigentes de las citadas entidades, y solamente meros administradores.
Ahora tampoco podemos exigir demasiado en cuanto a arbitrajes. El nivel de los mismos está directamente relacionado con el del torneo.
El certamen se ha jugado sin público prácticamente, con la presencia de contados dirigentes que no siempre están presentes, y los jugadores, principales actores, en su gran porcentaje no perciben retribución alguna por jugar.
Extraña, es cierto, que en un partido de las características de final, y con la expectativa que había despertado no se trabajó con mas meticulosidad a la hora de designar la terna responsable.
No descubrimos nada. Dentro de los propios jueces hay un orden de prelación por virtudes, al parecer no tomado en cuenta en este caso, seguramente con buen espíritu de cuerpo entre ellos, para que todos puedan participar del canon que, los árbitros si perciben por su labor, y se puedan dar el gusto de dirigir una final.
Con respecto a lo basquetbolístico, y por supuesto a las falencias propias de una final por todo lo que hay en juego, lo que hemos vivido fue fantástico.
Incertidumbre hasta los últimos segundos, marcador cambiante, actuaciones individuales dignas de elogio, y un público que en gran número pobló el “Manolio” y festejó y vivó por su equipo favorito como tiene que ser.
Quizás la ríspidez del final evitó una ceremonia de premiación que merecía ser mas destacada por los tres partidazos que nos regalaron los protagonistas de ambas escuadras.
En cuanto a lo ocurrido anoche, los dos primeros cuartos fueron de la visita, y en los últimos veinte minutos el que casi siempre mandó en la cancha fue Pueblo Nuevo.
Racing que ostenta un perímetro intratable ( nueve triples, de los cuales seis fueron antes del descanso largo) no pudo mantener esa efectividad.
Contrariamente Pueblo Nuevo favorecido por esa situación, se fue acomodando y si bien las marcas no alcanzaron la gravitación del partido del viernes en el Parque Olavarría, ya los albiverdes no se veían sacudidos por los letales lanzamientos chairas.
Hay que resaltar que en el local emergió Juani Mateo, el jugador por lejos mas determinante del partido, que además jugó su mejor cotejo con la casaca de la institución de Necochea y Chacabuco.
No solamente fue el goleador de la noche, sino que mas del 60% de los puntos los convirtió en el segundo tiempo, y especialmente en el último cuarto ( 11), cuando mas lo precisaba su equipo, en el momentos mas álgido.
Leandro Mateo sin brillar como en otras ocasiones fue importantísimo, al igual que Silveyra y que Santana. Éste último determinante en las postrimerías del juego.
Ariel Weisbeck hizo una gran tarea en Racing, y si bien sacó la cara en los últimos instantes sintió el peso del partido, mas que nada en el tercer cuarto.
Yaben fue otro de los destacados. También sintió el peso de la responsabilidad en la faz final, pero hizo una esforzada tarea debajo de los vidrios, casi en soledad, rodeado de casacas del otro bando.
Nolasco también fue de mayor a menor y su efectividad se fue desdibujando ( De los 17 puntos, 10 fueron en el primer cuarto, dos unidades en el segundo, tres en el tercero y solamente dos puntos en el segmento de cierre que no jugó en su totalidad por límite de faltas.)
Lardapide fue el triplero de la noche( cuatro, uno en cada cuarto).
Presenciamos un gran partido. Pudo ser para cualquiera. Tuvo clima de final, marcador incierto, dientes apretados, euforia en las pobladas tribunas, y como casi siempre ocurre, enojo general, no exento de severos cuestionamientos, para los encargados de impartir justicia.
Felizmente no pasó nada. Pero extrañamente el celo que las autoridades de seguridad le prestan al fútbol ( con inferior presencia de espectadores), se ignora en el básquetbol, máxime en un acontecimiento de definiciones como el que nos ocupa. Realmente raro. Si la situación se desbordaba quién hubiera sido el responsable. En fin.
SINTESIS:
PUEBLO NUEVO: Juan Mateo 24, Leandro Mateo 19, Messina 3, Santana 12, Silveyra 13(fi), Adrián 0, Marín 6, y Masson 4. Total: 82. DT: Cristian Sanchez.
RACING: Nolasco 17(x), Yaben 16, D’Alessio 8, Weisbeck 18, Lardapide 15(fi), Mondini, Vazquez, Silber y Negrette 5. Total 79. DT: Matías Orlando.
Parciales: 19-24/ 37-49/ 61-64/ 82-79
Por Cuartos: 19-24/ 18-25/ 24-15/ 21-15
Jueces: Maiola, Serantes y Verbag.
Público: 380 personas
Gimnasio: Juan Bautista Manolio.
Texto: Carlos Zangara
Foto: Cortesía Gabo Foti – Olavarría Noticias