Respecto a lo que sucedió en esos minutos iniciales de partido, el arquero afirmó que “básicamente lo de hoy (por ayer) fueron dos proyectiles. El primero me pasó muy cerca y sentí que estaba aturdido. Pero consideré que lo mejor era ni tirarme ni pedir asistencia porque en el momento sentí que era algo que podía soportar. A los cinco minutos cayó el segundo proyectil. Que si bien cayó un poco más lejos me repercutió más, lo sentí más”.

Ocaña quedó tendido en el piso y fue asistido rápidamente. “Nunca había vivido esto. Me repercutió de manera negativa, estaba muy mareado y con el pasar de los minutos no mejoraba, de hecho todavía estoy aturdido”.

Continúa el relato diciendo que “yo no podía continuar. Mi voluntad y la del equipo era la de seguir porque el equipo había empezado bien y esperábamos este partido hacía mucho tiempo. El árbitro también dijo (tras el primer proyectil) que si había una bomba más paraba el partido, pero la idea nuestra y la de la dirigencia era continuar. Pero evaluándome, me vio la doctora y decidimos no seguir”.

También contó que del lado de Huracán se acercaron a expresarle su solidaridad. “Hubo dirigentes y jugadores de Huracán que se solidarizaron. Pero yo tenía que tener las garantías y no las veía. A nivel físico me veía mermado por algo que no era deportivo”.

Los estudios que le realizaron en el centro de salud local determinaron el jugador continuaba mareado y con falta de equilibrio, por lo que continuará con los estudios en su ciudad para terminar de descartar opciones.

Ocaña también fue consultado sobre cómo le parece que debe resolverse la suspensión, pero tampoco en ese punto quiso generar polémica. “No soy yo el que se encarga de estas decisiones. Es una pena. Tendrán que actuar ellos de oficio”. (foto Info Rojinegra)

Fuente: La Voz del Pueblo