La falta de resultados y otras yerbas, detonantes explosivos en el convulsionado fútbol de hoy, de la que son víctimas Ferro y Racing. Embajadores: realidad atípica. Foto: Girardengo y Di Carlo en un encuentro casual en la Liga.
Foto: Juan Erreguerena saliente DT de Ferro.
Las expectativas que se habían generado en torno a las campañas de Ferro y Racing en al arranque no fueron las mejores.
Prematuramente y cuando había perdido un solo partido el ciclo Girardengo en los chairas se interrumpió abruptamente.
Declaraciones rimbombantes, diferencias con algunos jugadores, actitudes personales que no le cerraban a parte de la dirigencia motivaron la salida anticipada.
En Ferro la situación fue diferente. Claro que después de siete partidos y con solo dos triunfos, el propio Erreguerena se adelantó a la decisión de los dirigentes que seguramente iban a prescindir de sus servicios.
En ambos casos lo que ha llamado la atención es la libertad otorgada por parte de la dirigencia a los responsables de los cuerpos técnicos para que sean quiénes discrecionalmente elijan los jugadores de acuerdo a su paladar y además otorgándoles la potestad de decidir sobre el futuro de futbolistas del riñón de esos clubes, separando en muchos casos a jugadores identificados con esos colores.
A poco de andar aquellos que respaldaban los planteles actuales ( los coach) ya no están. Como quedan parados sus integrantes si quiénes lo llevaron ya no son los orientadores.
Los nuevos responsables tienen que digerir el plantel que les toca y adaptarse a ellos aun cuando su idea no es la misma y por ahí los intérpretes de ese estilo no son los que cuentan en el plantel que encontraron.
Tanto en Ferro como en Racing pasaron situaciones como las que se describen. En los carboneros hubo un poco de mas paciencia ya que el alejamiento del cuerpo técnico al parecer está centrado únicamente en la falta de resultados y en Racing quiénes convivieron el corto proceso de Carlos Girardengo hablan de un entorno que se hacía insostenible.
Vaya a saber uno como es la verdad realmente.
En Embajadores la realidad es diametralmente opuesta. Tras un comienzo dubitativo el equipo se fue encontrando. Claro que se da un caso poco común. Es un club de familia, el técnico ( El “Tero” Di Carlo ) es prácticamente todo, es el dirigente, el que reúne casi todos los recursos, el que va a la Liga, el que contrata los jugadores, es el presidente aunque no figure. Nadie en el club tiene el derecho ni la autoridad a pedirle que de un paso al costado, si hubiera sido necesario. Esa continuidad le permitió asentarse en lo futbolístico. Tuvieron paciencia, la que faltó al parecer en Racing para corregir las cosas, la que se estaba terminando en Ferro por falta de resultados.