Incidentes con barras: un hecho que se repite y no puede erradicarse

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Que nos espera como sociedad. Hasta cuando habrá que someterse. Foto: Fantástica imagen del púbico colmando el «Colasurdo». Cuidemos a los aficionados con seguridad que es la mejor manera.-

Las manifestaciones de violencia vividas al concluir el clásico Ferro – Racing parecían réplicas de tantas de igual índole sufridas  en repetidas oportunidades.

Y es una lástima porque ponen ahora una vez mas  en riesgo, la presencia de los visitantes en los estadios de nuestra ciudad.

Este resurgir del chaira como institución se ve borroneada por este minúsculo grupo que escudándose en un pseudo amor por el Club, le hace repetidamente un daño enorme.

Los dirigentes albos han hecho un gran esfuerzo para poner en cancha un equipo de alta competición y que significa mucho dinero.

Por la violencia una vez mas se perderá una buena suma de pesos ya que seguramente devengará en  la prohibición de aceptar los visitantes, y por otro lado dejará a cientos de simpatizantes del equipo de la estrellita sin poder  acompañarlo en escenarios fuera de la ciudad cuando juegue en condición de tal.

De nada sirvió el esfuerzo de la dirigencia para convencer a la Policía de que el espectáculo era posible. Con que cara mirarán ahora a los uniformados los dirigentes que defendieron la tesis de que nada iba a ocurrir.

Película repetida hasta el cansancio. Roturas en el estadio, momentos de tensión y temor de quienes habían concurrido con sus hijos, con sus padres. La pasaron muy mal. Un caos generalizado e inocentes en el medio de la «balacera anti-motines», sin saber si quedarse o por donde escapar o guarecerse. Hay testimonios desgarradores.

Por otro lado la maldad enquistada en esas personas fueras de sí que alegremente arremetieron contra los autos que ocasionalmente estaban estacionados en las inmediaciones de Balcarce, 9 de Julio y aledañas, provocando  daños en rodados de personas ajenas que nada tenían que ver con lo ocurrido en el «Colasurdo».

Es extraño que haya solo un detenido. Cuesta creer que las autoridades de seguridad no tengan identificados a quiénes desde hace  tanto tiempo provocan estos tumultos, que no son nuevos y se repiten con mucha asiduidad.

Es raro que no se ponga en práctica un derecho de admisión serio, que sea operado por profesionales en la materia y que no tenga que recaer la responsabilidad en los dirigentes de turno, con el agravante de una posterior represalia en manos de los «perjudicados».

Es sabido que combatir la violencia no es fácil, pero que nos espera como sociedad si no somos capaces de enajenarla en un espectáculo deportivo donde la inmensa mayoría no participa de la misma.

Foto: Facebook Fotografías Verito

 

 

 

 

 

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