¿ Que importa mas un éxito deportivo o un ejercicio económico con superávit ?

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Nota periodística del «Mailing Olavarriense».- 

 

¿ Llegó el final de las subcomisiones en los deportes rentados ?

Nuestra ciudad recuerda íconos deportivos, que se han tornado inolvidables en la memoria colectiva de los olavarrienses.

Seguramente habrá otros que se han convertido en hazañas, pero remitiéndonos al básquetbol y al fútbol, después de Loma Negra, los campeonatos nacionales e internacionales de Estudiantes en básquetbol y el derrotero de Racing por el Argentino “A”, muy cerca del ascenso a la “B” Nacional son puntos altos muy difíciles de superar.

En ambos casos la impronta estuvo de la mano de dirigentes que hacían de la participación una empresa casi personal, deslindada de la institución en sí en cuanto  al manejo tanto deportivo como económico.

Fue tanta la exposición que ostentaban y la trascendencia que alcanzaban, que su poder de decisión estaba  por encima de la propia dirigencia de los clubes, postergada irremediablemente a un segundo plano.

La figura de dirigentes como el recordado Daniel Trapani,( colaboraban Jorge Rodríguez y Pedro Reyes)  o el propio José Paramio en Racing, eran indiscutiblemente  los hombres  prominentes del proyecto, a la altura o mas que  los propios protagonistas del espectáculo, y su presencia en los medios de comunicación era tan  codiciada  o mas por los propios cronistas.

Los logros deportivos están a la vista. Son realidades incontrastables. Claro que no estaban exentas, en ambos casos, de una gran cuota de audacia, que siempre es necesaria, aunque daba la sensación   no tan respaldada en la faz económica.

La falta de recursos para afrontar los compromisos fue la constante de aquellas épocas.- Eran planteles muy costosos, proyectos demasiado ambiciosos y se dependía de ingresos como la recaudación o publicitarios que no siempre alcanzaban o que a la hora de los balances no habían llegado a los números pergeñados previamente.

Si habrán hecho esfuerzos con sus propios bolsillos los sufridos integrantes tanto de la comisión de básquetbol albinegra, como del tan mentado Departamento de Fútbol de Racing.( Se recuerda como trabajaban también junto a Popa,  hombres como Novillo, Saldías, Sarfield, Dirazar, Spina, entre otros)

Y aún con tamañas hazañas en cuanto a resultados deportivos, el accionar de aquella dirigencia fue muy cuestionada, por propios y extraños.

Sus detractores aducían que las potenciales promesas no cumplidas finalmente debieron atenderlas quiénes lo sucedieron, y que las entidades en sí no estaban en condiciones por entonces de sostener semejantes estructuras.

Obsérvese que en ambas instituciones, a posteriori de tamaños logros se volvió a las fuentes.  Estudiantes al Provincial de Clubes y Racing al torneo local.

Ambos están retornado  muy pausadamente. Claro que la metodología en la pragmatización propiamente dicha ha modificado su accionar.

Ya no tienen relevancia las subcomisiones. Ha desaparecido el Departamento de Fútbol. Son los funcionarios mas importantes de los clubes  los que aparecen en las decisiones trascendentes.

Figuras como Trapani y Paramio han sido reemplazadas por dirigentes de segunda línea que dependen de los presidentes o miembros de Directiva,  para tomar alguna determinación.

Queda la sensación de que los presupuestos están mas cercanos a la realidad de lo que puede dar la ciudad. Pareciera que aquello que tanta satisfacciones no dio a quiénes nos entusiasma nuestro deporte no estaba sustentado por bases firmes.

La historia juzgará con el tiempo el accionar de cada protagonista en su momento.

En todos los casos es plausible la participación.  Es mas cómodo balconear y opinar que poner manos a la obra.

Este comentario no tiene como misión la crítica o el cuestionamiento. Simplemente graficar  los hechos, las metodologías, los riesgos, y los logros obtenidos.

Apunta también a reflexionar  que es  en realidad  lo que importa, que es mas importante, si   la gloria deportiva, un balance saneado, la infraestructura,  o un proyecto con jóvenes a largo plazo.  Pareciera que no hay verdades absolutas.

Texto: Carlos Zangara

 

 

 

 

 

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