Los del riel ganaron con justicia en un apretado final por 74 a 67 a Racing en el reinicio del Provincial de Clubes. Buen marco de público en el gimnasio del Parque Olavarría.
Conociendo de antemano la idiosincrasia de sus técnicos ya antes del partido uno sabe lo que va a presenciar.
Racing por antonomasia plantea un partido de traslado con dificultades, muy físico, con permanente ahogo en la salida de su rival.
Pelotas partidas, friccionado en todos los sectores, es la derivación propia de este tipo de actitudes.
Si a eso se agrega una membresía de jugadores grandes por el lado del rival, donde el roce corporal no lo favorece ( nos referimos a El Fortín), es una constante que la bola parezca mas grande, que cueste mucho dominarla, y que la llegada a los aros no sea tan clara.
Claro que ese esfuerzo en defensa no es gratuito para los chairas. Dedica demasiadas fortalezas a ese ítems que no es de extrañar va en detrimento en cuanto a otros aspectos de su rendimiento global.
Los choques entre estos dos rivales además estaban signados desde siempre por la puntería chaira desde lejos, y el dominio del juego interior de los fortineros.
La fórmula no fue tan así esta vez. Los locales incorporaron a Martín Delgado, desequilibrante en la pintura. Hace buen uso de su corpulenta presencia, usufructuada por la ausencia de una figura de esas características en el rival, ya que Cichello no pudo debutar por una lesión ( es la segunda vez que le pasa a El Fortín con un refuerzo), y hubiera sido el ideal por estatura para tomarlo.
Y la mitad de la cancha en estos choques, casi siempre eran propiedad de los Tambucci, los Nolasco, los Marina, y esta vez tuvieron otro dueño: Nicolás Lorenzo, la gran figura de la noche del viernes.
Le costó casi todo el primer tiempo reencontrarse con lo que mejor sabe. Es mas, tuvo que sentarse varios minutos para repasar algunos capítulos de su abanico de cualidades para dejar demostrado, cuando retornó al rectángulo, que su accionar excede la categoría. Nico hizo un repaso de sus condiciones para el puesto que bastaron para que los fortineros mantuvieran el control de las acciones, que casi siempre llevaron la delantera en el marcador, y que finalmente ganaran el partido.
Sería injusto, es cierto, no mencionar el esfuerzo físico de Néstor Briones, la paciencia de Santana, la importancia que tuvieron las conversiones de “Manu” González en momentos claves para entender la victoria de los dirigidos por el “Gato” Galli.
El Fortín espera mas de Mateo, de Borzi, de Coppero. No es fácil pedirle a Catanzaro ya que le cuesta mucho ante chicos jóvenes y de buen porte, al no poder desarrollar la faz física que es su fuerte.
Nolasco fue el motor de los locales. Su movilidad, su indescifrable dribling, su ductilidad para buscar la penetración o el tiro exterior lo convierten en uno de los mas importantes del grupo. Delgado va a ser determinante. Elogiable tarea además de Pane, aunque intermitente, por sus oportunas conversiones, y también de Weisbeck por su silencioso trabajo de equilibrio que le da al equipo, aunque le duela mucho llegar al gol.
Interesantísimo partido. Por lo cambiante en las acciones, por la paridad, por las asfixiantes marcas personales de ambos lados, por la categoría de varios de los protagonistas, y por la corrección con la que se jugó.
Buen arbitraje, y una muy buena concurrencia cercana a las 200 personas que hablan del interés previo que había despertado el juego.
Síntesis:
RACING: Tambucci 3, Nolasco 18, Weisbeck 2, Nuñez 5, Delgado 22 ( fi). Pane 14, Marina 3, D’ Alessio 0, Ruiz 0. DT Juan Gatti.
EL FORTIN: Briones 9, Santana 11, Fernández 2, Catanzaro 6, Lorenzo 26 (fi). Coppero 3, Bickart 0, Borzi 0, Mateo 5, Gonzalez 12. DT: Irineo Galli.
Parciales: 11-12/ 21-20/ 23-15/ 20-19
Jueces: Merchand y Villacorta.
Otros resultados: Independiente 76 Ateneo 68
Los Andes 73 Unión y Progreso 97
Texto: Carlos Zangara. – Foto: ABO .-