Faltaban diez minutos y ganaba por dos goles de diferencia. El final fue de cuatro tantos por bando
Ocho goles, otros tantos perdidos, situaciones cambiantes, resultado incierto hasta el final. Que mas se le puede pedir a un partido de fútbol. El aficionado neutral, el periodista de una ciudad distinta a Olavarría y Lamadrid, el hombre común que no es fanático disfrutó de un cotejo como pocas veces uno tiene oportunidad de ver.
Claro que visto desde el punto de vista crítico, es la función por otra parte del cronista deportivo, queda el sabor amargo de saber que se pudo haber ganado hasta con comodidad y que la realidad mostró otra faceta sobre el final que inclusive pudo tener otro desenlace.
Las caras largas en el vestuario locatario eran elocuentes. El punto mas allá de todo sirve muy poco.
El bataraz que zafó de arranque de una situación incómoda (perdía uno a cero) lo dio vuelta, se lo empataron, pasó a ganar por dos goles de diferencia y se lo terminaron empardando y no de casualidad que es lo peor. Ingeniero sacando fuerzas de flaquezas terminó arrinconando a un Estudiantes ahogado, sin salida y perdiendo el control de la pelota.
Tanto en el arranque del partido, como en el comienzo del complemento el local se vio sorprendido. Felizmente para los albinegros supo zafar en ambas ocasiones. Claro que a solo diez minutos del final, ganando cuatro a dos y de local, cuesta digerir el punto que se llevan los lamatritenses.
La salida de Gatti fue clave. El largo mediocampista parado delante de los defensores tirando a la cancha toda su experiencia fue el termómetro del equipo. Su ausencia desnudó la falta de control en el medio juego y las gruesas desinteligencias de la última línea ofreciendo enormes ventajas.
Salidas a destiempo, perdiendo en los centros aéreos, la defensa fue un tembladeral.
Las variantes que impuso Peralta no dieron los resultados esperados, y salvo algunas actuaciones individuales convincentes como las de Janson, y Longhini, hay jugadores que todavía no han rendido como se espera de ellos.
Estudiantes no juega bien. La categoría de la mayoría de sus futbolistas disimulan en parte, pero se ve que no alcanza.
Ojo el torneo es muy corto y solamente dos advienen a la próxima instancia.
Lo que parecía la resurrección terminó en desencanto. Pero atención las chances aún siguen intactas.
Síntesis:
Estudiantes: Gabriel Senzacqua; José Luis Vivas, Martín Labarrieta, Castarés, Franco Carlucci; Rodrigo Gomba (ST 25m. Ignacio Mazzey), Jerónimo Candia, Federico Gatti (ST 14m Gonzalo Trepichio), Hugo Janson; Lorenzo Ferrara y Juan Longhini (ST 33m Nazareno Gutiérrez). DT: Mauricio Peralta
Ingeniero Jorge Newbery de General La Madrid: Gastón Fernández; Pedro Monclus, Franco Irusta, Juan Flocco, Ramiro Araya (ST 19m Alejo Di Carlo); Guillermo Zanga, Samuel Franco (ST 41m Hernández), Brain Lara (ST 30m Rinaldi); Francisco Monclus y Luciano Eccher; adelante Matías Hubert. DT: Hugo Ciolli
Goles en el primer tiempo: 15m Franco (IN); 19m Juan Longhini y 25 Hugo Janson (CAE)
Goles en el segundo tiempo: 8m y 45+1m Eccher (IN); 13m Leandro Castarés y 22m Lorenzo Ferrara (CAE); 35m Francisco Monclús, de penal (IN)
Amonestados: Araya, P. Monclus (IN); Trepichio (CAE)
Arbitro: Fernando Alvarez de 25 de Mayo
Estadio: Parque Carlos Guerrero
Público: 600 personas aproximadamente.
Texto: Carlos Zangara.
Fotos: Cortesía de Anahí Lemma y Gabo Foti.-